lunes, 2 de septiembre de 2013

LIBRO INÉDITO "AMEBA MAGA" - XXXI



hasta que estalle en la cabeza la callada
lírica insomne de las células (simbiontes 
coordenadas de fieltro despeinado, los tirones
del mechón infante de la nuca, en la frente
las arañas corrosivas de los viajes 
liminares, los ciclones del axón), hasta que estalle
en la testa la borrasca
glandular, el cardumen microbiano
que hierve en cada frase, hasta que nazca
el silencio subatómico en las matas 
cerebrales, el insomne
lirismo celular que nos depone

miércoles, 28 de agosto de 2013

LIBRO "AMEBA MAGA" - SEGUNDA SECCIÓN - MEDUSAS

MEDUSAS


III

no se acabe la marea hasta que el beso de medusa nos inflame la epidermis
como un látigo y la extienda cual tiritas sobre el suelo repoblado muchas
lumbres alumbrando el devaneo de estas musas multitudes polintrusas
que eclosionan los festines cincelados en la carne los silbidos
vacilantes en la sangre muchedumbres cromoamantes hoy se expriman
en la boca del lactante: muchedumbre purpurina urda espacios de este
cuerpo transitado y del cardumen de su nombre: muchedumbre
diamantina nos agite las certezas y la lumbre del pescuezo con
salvajes sacudones y las leches de sus ubres precipiten el alud
del esqueleto al que aluden tantas cumbres y se abran estos huecos
del silencio en cada célula el humor en el cañón de la escopeta el
candor de la humareda en nuestros huesos y que acuosos
parlamentos de las médulas diluyan entre chispas nuestros versos en las
olas hipogrifas de las playas que los médanos se adhieran vivos a las
borlas de los sexos y se esparzan los humores sobre el plancton y prodiguen
sus azufres celulares a las fraguas estelares a las nieves sin sus crestas
armilares sin sus mieses sin sus haces el marasmo policromo de los gestos
nebulares y la lámpara que cuece en un segundo la cabeza o la paciencia
de los mares ¿que te viene, te decrece? en la entretela se entretiene el
penúltimo clamor de nuestra vela de los viernes la que tiembla entre las
sienes en la blanda sucesión de nuestras noches en la pasta
transformable que te tiene entre sus garras en las garzas que aletean
agolpadas en los poros que los días como células vigías multipliquen
estos climas medusarios estos tráficos de amebas que sorprenden
los horarios casi siempre en pleno oficio cotidiano si comienzan si
terminan si no ajustan sus relojes a tu pobre expectativa si se brindan al
puré de esmeraldinas procesiones en las fuentes del incierto contrabando
del que penden los plumajes del Simorgh o del que explora este puchero
trans-magnético de joyas y de auras: multitudes encendidas muselinas
de sutil adrenalina lumbre-zarza rediviva hasta que dios no sea más
que muchedumbre en la retina una mixtura o desmesura el hilo suelto en
la sutura que un sultán de microndinas erizara en su figura en su real
agrimensura ¿y si helara en las ojivas titubeantes del palacio sus panfletos
inflamantes sus deseos de volver sin un garante sin sus guantes sin
mojar sus sucios dientes seminales en el lago en el mar en el océano
velado el athanor de amebomago que transmite las señales los
señuelos del misterio los anzuelos del umbral donde se incuban los
ocelos? muchedumbre aturda el orden quite el velo del cardumen la
mortaja del perfume brote al fin la multitud huracanada sin
lamentos en la mente sin mensajes –¡las medusas
solamente!– el pasaje de la lira a la
cuerda que delira

jueves, 15 de agosto de 2013

LIBRO INÉDITO "AMEBA MAGA" XXX


sacá esa crápula costra de mi rostro: ¡sacame ya
el rostro!

(el agente rosa de la célula se desliza
con sigilo manierista
fuera de coordenada: una nube

tegumentaria y frenética se zafa
de la implacable férula
parroquial de los cuerpos terrestres)

por eso, cara o seca, danos
mejor la derretida hiena lunar
que respira bajo el antifaz:
la que nos hurga los ganglios, la que nos toma
de atrás, la que se asa
en tus natatorias radiaciones,
la que descansa, casta, en la periferia, la que aúlla
en los huesos, en el liquen ferroviario, la que reparte
tu silencio entre los juncos, la que encuentra
tus vagidos de batracio   
en los temblores nocturnos que asaltan al perro 
vagabundo. 

jueves, 1 de agosto de 2013

LIBRO INÉDITO "AMEBA MAGA" XXIX


y quiénes querían atraparte aleta desierta de las tribus
que apenas cortabas el espacio con tu quilla
desnuda quiénes cuántos
deseaban pintarte el dorso
con su doxa no comprenden no se atrapa
el flanco undoso que el océano trasluce

y quiénes quisieron trabar la muda tribu
que en tu dorso adiposo arremolina
estas voces (cebos) esas células marinas
de signos golosos designios de amnesia
a la deriva en el vagido atlético de los pontones

y quién quiere aún la póntica magnesia
de tus caudales libres aleta de la dádiva
cortical quién te mima quién se hila
a tus hipnóticas serpentinas

y quién es este cebo aceitoso al que adherís tu lengua
y que evapora su entremés a la primera lamida  

martes, 16 de julio de 2013

LIBRO INÉDITO "AMEBA MAGA" XXVIII



¿y de qué animal soy la saliva
que ahora desciende por el tronco
de un árbol calcinado por descuido
o torpeza de unos dedos que no saben
sostener con fuerza el fósforo
apenas lo suficiente como para hundir
su agitado corazón azul
en el puchero ebúrneo que entremezcla
la savia que persiste en la corteza
y la feral saliva que desciende
hasta recostarme líquido en el pasto? 

miércoles, 10 de julio de 2013

LIBRO "AMEBA MAGA" - POEMA SIN NUMERACIÓN


no fuera cuestión que, desde sí, deshiciera
prematuramente los nudos de su cuerpo
–rudimentos de institución que las larvas
de la cultura ajustarían al primer atisbo
de inspiración o siquiera de la palabra
inspiración en sus labios–, o decidiera
no deslizar ni una sola imagen o referencia
–ni tan siquiera un guiño– de correcto
o incorrecto y obsecuente espejo social
o político en alguno de sus versos o que
–pecado capital– en su vida se rindiera,
para colmo de tantos, a aquella desmedida
“fe por vía vibratoria” en lo que puede
este mundo por su sola alegría germinal.

y así fue condenado a hablar solo, al vacío.

no fuera cuestión que, desde sí, insistiera
en cantar o escribir sobre lo que huye.

no fuera cuestión, ahora sí, que entreviera
otras hebras en la marea descalza de lo real.

martes, 9 de abril de 2013

LIBRO INÉDITO "AMEBA MAGA" XXVII

 
un nimbo lleno de coros
envuelve mi cabeza
como un sombrero checheno:
un motor del limbo
en el núcleo del núcleo

domingo, 10 de febrero de 2013

LIBRO INÉDITO "AMEBA MAGA" - SEGUNDA SECCIÓN - MEDUSAS



MEDUSAS




II



porque flotar será suficiente cuando flotar ya no sea este crimen

de tracción entre los azulejos cuando el entrecejo sea el ímpetu de un

conejo que a dentelladas nos extirpe el corazón de velcro la razón adherida

a la herida que en la pata de conejo ya no indique nuestra suerte ya no

sea suficiente este crimen esta muerte flote el antro con sus entes

sigilosos ya no sea sino un mar el que afeite nuestras costas

con la gleba de los siglos: sus caimanes, tiburones y cangrejos

arrojados a las playas yo me vaya con la noche de los mares con las

madres de estos lares de estas bestias que confunden sus pulgares los

manjares sean devueltos a los platos del insomne cuando darse

a este nado ya no venga a replicarse en otros nados ya no sea el

sigilo de este crimen cometido en los manglares los abismos de

la huella del zapato en los glaciares ni la insignia de un

retorno a la burbuja la razón del termostato en nuestra axila el

fermento acumulado de las islas la medusa ya no sea ni este himen

desgarrado cuando en andas retornemos al arado entre las

aguas pues flotar será inminente cuando sea inevitable la memoria

ya no anude sus vaivenes cuando flote sin recuerdo en esta lumbre

disolvente en el glosaurio de este juego sin tu ego sin embargo no te niego

tu misil de primitivo este silbido en el carozo esta galaxia en el cacto el

efecto de entreacto lo concreto en el simún en el amén sin su mensaje

este masaje de medusa que deshace en las letrinas estas letras

bizantinas pleistotexto de aniñadas bailarinas lo concreto de una

hiancia medusaria de estas leches dactilares ya no sea su flotar

la suficiencia del reptil en otros ojos cuando el pujo de medusa

sea en sí la desnudez de este mendrugo de este brujo o este sobrio

parietal entre los jugos del mareo de este paria entre los humos de este

sol más reo que aterriza en las terrazas cada noche cuando el agua

está más calma ya no sea sino el alma la que asuma su destino de

materia masticada entre medusas ya no queden más excusas

que ofrecer en las mareas cuando el crimen sea solo un monumento

herrumbrado donde caguen las esquirlas de sus fugas los reptiles

perfumados y no sea sino el baile de los hongos transparentes

lo que vean nuestros ojos mientras flotan como globos cual

amebas que sapientes reivindican los temblores los calores de la idea en

el carozo la coraza me deslumbre con su cresta de juglar astropotencia

sin lucir esos anthropos de la regla ya no sea más que el flote su

piar y su regencia pose el sapo nuestros ojos fascinados en la

sopa de videncia mientras croa en el oído sus designios esa

hélice de sombra cale hondo en la maloca si la zona

intermareal ya se nos cuela en la pechera este mar que ya no sea

sino el ámbito angelado o el vagido de esquimal que destituye

nuestra aldea esta anemia ya perdida entre la brea pienso en vos

y en tus resquicios en el braille de tus sesos por el piso en

los siglos que pronuncian ese nombre en arabescos que poco

a poco se diluye se diluye se diluye

jueves, 31 de enero de 2013

LIBRO INÉDITO "AMEBA MAGA" XXVI


por la esquina de la enzima cabecea
el mar con sus trenzadas turbulencias, la chispa
que arrastra un infinito de espumas hacia las piedras:
el truco favorito del monte, aparecerse
de golpe frente a cualquier paisano.

ahora asoma su beso el azul metálico del pez
y su especial manera de arar el agua. seguirlo
es el inicio de una conversión:
misa en braille del cardumen tutelar,
de la costilla vuelta flecha, anzuelo
para la enzima profunda de los líquidos.

casi un juglar es el que juega
en los muslos de esta jungla, y recibe
la hospitalaria invitación a internarse
en el follaje donde el sol funde sus metales.

lo que se oye son cascadas, la insistencia
del travestido monte en envolvernos
con la transpiración de cada una de las hojas:
sus mil ojos bajo la piel de los caimanes.

mientras se derrama el sudor selvático
por el murmullo facetado de las rocas
y sus nerviosos toboganes, es de noche
sobre las vértebras de la costa y el lomo
pontífice del caimán, como si mis ojos
le besaran suavemente la quijada.