y quiénes
querían atraparte aleta desierta de las tribus
que apenas
cortabas el espacio con tu quilla
desnuda
quiénes cuántos
deseaban
pintarte el dorso
con su doxa
no comprenden no se atrapa
el flanco
undoso que el océano trasluce
y quiénes
quisieron trabar la muda tribu
que en tu dorso
adiposo arremolina
estas voces
(cebos) esas células marinas
de signos
golosos designios de amnesia
a la deriva
en el vagido atlético de los pontones
y quién
quiere aún la póntica magnesia
de tus
caudales libres aleta de la dádiva
cortical
quién te mima quién se hila
a tus hipnóticas
serpentinas
y quién es
este cebo aceitoso al que adherís tu lengua
y que
evapora su entremés a la primera lamida
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